El Necronomicón, Libro de los Hechizos

 Necronomicon

¿Quién no ha oído hablar nunca del Necronomicón? ¿O no ha leído algo sobre él en las tenebrosas novelas de Lovecraft? Llamado por algunos «El nombre de los muertos», por otros «El libro de los Hechizos», estamos ante una obra cuya existencia hay que poner en duda.

Según la creencia popular, la lectura del Necronomicón podría traer consecuencias tan nefastas como la locura o la muerte. Pero además, tendría la propiedad de establecer un contacto con antiquísimos y poderosos seres malignos y demoníacos. Esta obra estaría dividida en cuatro libros que abordarían las grandezas de los Primigenios y sus legiones (Libro I), lo acontecido en el año de la muerte y en Nyarlathotep (Libro II), los secretos de la magia (Libro III) y el Libro del Destino (Libro IV).

Cierto es que el inolvidable escritor Lovecraft lo mención en varias de sus historias y él mismo, decía conocer a ciencia cierta su existencia. Tal y como él lo describía, el Necronomicón no sería otra cosa que un libro que recogía diversas fórmulas mágicas para invocar a los demonios. Consumidores ávidos de la literatura de Lovecraft hicieron lo imposible por hacerse con una copia de tan poderoso libro, pero con resultados siempre infructuosos.

Sin embargo, el polémico escritor no sólo defendía su existencia, sino que aseguraba que la biblioteca Widener de la Universidad de Harvard albergaba una de las cuatro copias existentes, ya que el original había sido destruido. el poeta Abdul Al-Hazred (siglo VIII d.C) sería el responsable de la escritura de este libro, rodeado de misterio y maldiciones.

La vida de este poeta estuvo marcada por la tragedia y finalmente murió devorado por una especie de demonio invisible. A mediados del siglo X, Theodorus Philetas traduciría al griego el escrito de Al-Hazred, al que tituló Necronomicón. La traducción al latín tuvo que esperar hasta el siglo XIII y fue realizada por Olaus Wormius.

Según Lovecraft, en el siglo XVII se realizarían, además, más copias del Necronomicón en España y Alemania. A pesar de la curiosidad que siempre ha despertado este documento, y el halo de misterio que lo envuelve, hoy en día se conservarían muy pocas copias (fue una obra muy perseguida y censurada a lo largo de la historia): una en el Museo Británico, otra en la Biblioteca Nacional de París, otra en la Biblioteca de Wiedener en Harvard, otra en la Universidad de Miskatonik en Arkam y otra más en la Universidad de Buenos Aires.

Así pues, se trata de un libro con mucha historia… pero con mucha historia ficticia. El Necronomicón no existe ni nunca existió. No es más que el fruto de la prodigiosa imaginación de un escritor que parece haberse burlado de varias generaciones de curiosos que jamás cesaron en su búsqueda.

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