Las Leyes de la Magia
Como todo sistema de aprendizaje, la Magia tiene sus propias leyes. Unas leyes que sirven para comprender cómo funciona el «proceso mágico». Así, el fundamento de la Magia radica en un conocimiento profundo de las leyes de la Naturaleza y su forma de actuar. Una vez adquirido este saber, el mago puede llegar a controlar y liberar la energía y las fuerzas ocultas (que no malignas), que la madre Naturaleza posee, y siempre en beneficio del Bien.
Es importante remarcar que no estamos hablando de leyes físicas, sino más bien de pautas y contenidos que residen dentro de la mente humana, pero que se reflejan en el mundo exterior. Todo buen mago que se precie debe conocerlas en profundidad. Son las siguientes:
- Ley de Causa y Efecto:
Toda acción que se lleva a cabo bajo las mismas condiciones, siempre tendrá el mismo resultado. Tan sólo hay un pequeño matiz: las variables. Un ritual no es una receta de cocina que debe hacerse siempre del mismo modo. Han de tenerse en cuenta las posibles variables para que sea efectivo. Si se logra conocerlas y entenderlas, el resultado será el esperado.
- Ley del Conocimiento:
Hay una máxima que dice que «el conocimiento es poder». Cuanto mejor se conozca una cosa, más control se tendrá sobre ella.
También conoceréis otra máxima que dice «conócete a ti mismo y gobernarás el mundo». En ésta se basa una sub-ley de la mayor. No es difícil de entender que cuanto más nos conozcamos a nosotros mismos, mayor será nuestro autocontrol y nuestra fuerza interior, virtudes necesarias para dominar cualquier situación que la vida nos presente y, como no, el mundo de la Magia.
- Ley de los Nombres:
Esta ley está relacionada con la anterior. Viene a decir que cuando se conoce el nombre o definición de una entidad, proceso o fenómeno, se tiene poder sobre el mismo. Los nombres son, básicamente, definiciones. Lo que el mago debe hacer es aprenderlas. En algunos casos, como por ejemplo, en palabras que provenientes de lenguas como el Latín o el Griego, su significado puede estar oculto, pero está. No hay ningún término que no tenga significado.
- Ley de las Palabras de Poder:
Se basa en la creencia de que ciertas palabras son capaces de influir, e incluso modificar, tanto el aspecto interno como externo de aquel que las pronuncia. El famoso término «abracadabra» es un ejemplo. Hoy en día no podemos encontrarle un significado y nos suena a chino. Pero, en sus orígenes, que deben remontase muy atrás en el tiempo, tal vez fuera el nombre de alguna divinidad poderosa. De todas formas, su poder no radica tanto en su significado como en el sonido cuando es pronunciada.
- Ley de Asociación:
Si dos cosas, entes o fenómenos comparten algo en común, por insignificante que parezca, esto puede ser utilizado para poder ejercer el control sobre ambas cosas.
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