La Luna en Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis
Vayamos hoy con la influencia de la Luna sobre los cuatro últimos signos zodiacales:
- La Luna en Sagitario:
Activa, inquieta mental y físicamente, la Luna en Sagitario necesita actividad constante. Ser libre y poder ir a dónde y cuando se le antoje, constituye una de sus necesidades básicas. Emocionalmente es dueña de un carácter alegre y optimista, y tiende a contagiar su entusiasmo a los demás. A veces, por suerte o desgracia para ella, no es consciente de las diferencias entre las personas. Su ingenuidad y su trato directo permiten que no haya problemas en relacionarse con los otros.
Su bondad y su amor por la diversión le proporciona muchos amigos y conocidos. Sin embargo, tan sólo unos pocos llegan a intimar verdaderamente con ella.
No necesita que nadie le diga quién es o a dónde debe ir. La Luna en Sagitario ya lo sabe. De alguna manera se las arregla para ver lo mejor de la gente y las circunstancias. Para ella, todo tiene una razón de ser, un sentido, y si no lo tiene, se lo inventa. Por eso sale siempre adelante y se recupera pronto de los avatares del destino. Lo malo es que no siempre aprende de sus errores.
Habla sin pensar y eso le crea situaciones molestas. Pero al menos es franca. Le encanta compartir lo que sabe y lo que va aprendiendo.
En el amor, detesta los compromisos y las ataduras. En cuanto se siente atrapada, no duda en romper. La intimidad y la libertad están por encima de todo. Los cambios, las aventuras, los viajes, aprender y conocer, forman el motor de su alma.
- La Luna en Capricornio:
Muy reservada, firme y ambiciosa, esta Luna se caracteriza por una cierta tendencia a la rigidez y al conservadurismo.
Expresar emociones no es su fuerte, por eso los demás pueden verla como alguien frío e insensible. Es muy reservada en el trato, prudente y a veces melancólica y pesimista.
En las relaciones, la Luna en Capricornio es alguien realmente leal, que siempre está ahi para lo que se la necesite. El cariño no lo demuestra con palabras, sino con hechos, haciendo todo lo posible para que sus seres queridos estén cómodos, seguros y no les falte nada. De hecho, es capaz de amar profundamente, pero raramente lo expresa con palabras.
La seguridad y la estabilidad adquieren una especial importancia en esta posición lunar. Su sentido de la responsabilidad es más que evidente y se le suelen encargar tareas que lo requieran. Es buena administradora y gestora.
Su mayor enemigo es un pesimismo muy arraigado en su personalidad. Aparece, sobre todo, cuando las situaciones se le ponen en contra. Evidentemente, esto es empeora las cosas. Aprender a confiar y soltarse un poco no le vendría nada mal.
- La Luna en Acuario:
Esta Luna es impredecible. Sus reacciones nunca son las esperadas y su actitud ante la vida no es nada convencional. A menudo se comporta de forma errática y excéntrica.
Posee una gran imaginación y, aunque a veces parezca que carece de sentido práctico, sus ideas siempre van un paso por delante. No se aprecian en su momento, pero luego el tiempo le da la razón al vanguardismo de la Luna en Acuario.
Detesta la rutina y acaba dejando todo aquello que le aburre y no le aporta novedad alguna. Su actitud puede resultar bastante insensible a su pareja, sobre todo si no son entendidos. El caso es que la Luna en este signo es mejor amiga que amante.
Posee muy buenas dotes de observación, pero a la hora de descifrar el mundo sentimental, está bastante «pez». La preocupación por los problemas sociales y sus instintos humanitarios son cualidades notables de esta Luna. Lo que ocurre es que, al enfatizar la amistad «global» y el humanitarismo «universal», descuida las relaciones de «tú a tú».
A lo largo de su vida puede que cambie de residencia muchas veces, o tal vez su hogar sea poco convencional y su vida bohemia.
- La Luna en Piscis:
Esta posición lunar, más que ninguna otra, proporciona una sensibilidad acentuada. Con su poderosa percepción, es capaz de entender lo que motiva a cualquiera.
Emocionalmente ingenua, ve la vida de color de rosa. Es muy dada a la fantasía, y en ese mundo se refugia cuando no le gusta éste. Prefiere ignorar los defectos de los demás, lo que la convierte en presa fácil para los que se quieren aprovechar de ella. Cuando esto ocurre (que es bastante a menudo), la Luna en Piscis, se pasa mucho tiempo lamentándose de sí misma.
No brilla por su capacidad analítica, precisamente, ni por su agudeza mental. Pero sí por una habilidad psíquica casi animal, que la capacita para conectar prácticamente con todo el mundo, a nivel inconsciente. Intuye con una claridad impresionante los sentimientos de los otros, incluso lo que les motiva. Pero, como se dijo anteriormente, si nota algo negativo, prefiere ignorarlo.
Disfruta del regalo de la empatía, pero debe aprender a distinguir dónde termina ella y empiezan los demás. La cuestión de los límites es un problema constante con esta posición lunar. Aprender a saber qué sentimientos y necesidades son realmente suyos, y cuáles no, será siempre un reto para la Luna en Piscis.
