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Soñar con perros, intuyendo intenciones

Soñar con perros es generalmente una experiencia agradable y alentadora, pero ha de ser un sueño en el que estos fieles amigos del hombre se muestren afectuosos y tranquilos, en los que el soñador se sienta bien acompañado y muy relajado. La cosa cambia cuando los perros que aparecen en sueños presentan su lado más agresivo y parecen estar dispuestos a atacar en cualquier momento.

¿Cómo se interpreta cada uno de estos fantasías oníricas basándonos en el comportamiento de los canes y en las emociones vividas por el que sueña?… En el primero de los casos, si los perros son muy cariñosos y te sientes muy bien, es la forma en que tu subconsciente manifiesta lo seguro que te sientes junto a quienes te apoyan y ayudan habitualmente. Así, de esta manera, expresas lo agradable que es para ti sentirte tan bien acompañado, tan protegido. También que en tu interior late la certidumbre de que puedes confiar en quienes caminan a tu lado actualmente.

Si en cambio los perros de tus sueños muestran su peor cara, si te enseñan los colmillos en tono desafiante y te embarga la terrible sensación de que te van a atacar en cualquier momento, lo que tu subconsciente quiere poner de manifiesto es tu intuición de que te mueves en arenas movedizas y que muy cerca de ti existen personas de las que no te puedes fiar, que están esperando cualquier movimiento tuyo para tirarse a tu yugular. Esto metafóricamente hablando, por supuesto.

¿Qué ocurre si lo que en principio son perros afables de pronto se transforman en bestias salvajes en tus sueños y se lanza contra ti?. Creo que es bastante fácil deducir la interpretación en este caso: No te fíes demasiado del que se acerca de pronto diciéndote palabras amables, sobre todo si tu intuición te avisa de que algo no cuadra, de que no es todo como parece. Es más que probable que esa persona te muestre unas intenciones muy diferentes cuando menos te lo esperas.

Ahora bien, si ese perro se lanza contra otras personas, sobre todo si lo hace contra tus seres queridos o tus amigos más allegados, el mensaje es que eres tu el que debe moderar su ánimo. No puedes aparecer unas veces como un ser amigable y cariñoso y al momento como una fiera terrible. No es bueno ni para tí ni para los demás. Hazle caso a tu subconsciente y relaja tu carácter, busca la forma de sentirte cómodo con tu vida y con todo lo que inevitablemente te rodea. Y si, si puedes cambiar aquello que tanto te disgusta, hazlo de una vez y disfruta de tu vida y de aquellos a los que tanto quieres.