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El lenguaje de las velas según sus colores

El encendido de las velas en ceremonias religiosas y espirituales viene desde muy antiguo. Ya los antiguos egipcios fabricaban sus velas con cera de abejas y las colocaban en las tumbas de sus reyes para que les iluminaran en su viaje al otro mundo. Como nota cultural diré que el origen de la palabra “vela”, o más concretamente “candela”, procede del latín “candere” cuya traducción es “brillo”, “luminosidad”.

Es la llama precisamente, la parte que brilla, la que permite el paso del mundo físico al espiritual. Por eso la gente de todas las religiones se han reunido tanto para rezar, para celebrar, como para llorar en torno a eventos ceremoniales donde están presentes las llamas prendidas de las velas.

Puede interpretarse a la vela como una imagen metafórica de la iluminación espiritual. La cera, el cuerpo de la vela, es el cuerpo del hombre, la mecha es el alma, y la llama es el principio vital, la divinidad, la parte del ser humano que es eterna e inmortal. La iluminación llega cuando se es consciente de que somos como una vela. Tarde o temprano, nos fundiremos, no seremos nada. Entonces, ¿para qué sufrir ante lo inevitable? Lo que jamás desaparecerá es la chispa que nos encendió, la que nos une a la divinidad.

Después de esta breves apuntes que espero os acercarán un poco al universo mágico de la velas, y ampliando lo que comentamos hace tiempo sobre rituales con velas, veamos cómo pueden utilizarse en función de los colores. No se trata de realizar hechizos ni “trabajos” de brujería, sino de aprovechar sus energías más positivas.

Blanco – Aleja la negatividad y trae la paz. Sana y calma las emociones. Purifica el alma y ayuda a buscar la verdad. Las velas blancas pueden sustituir a cualquier otro color y ser usadas en cualquier otro ritual.

Verde – Atrae la salud, la fertilidad y la buena suerte. Se dice que prender una vela de color verde ayuda a encontrar trabajo o a progresar en el que se tiene. Atrae la prosperidad y el éxito. Fidelidad y reconciliación en las parejas. Protege la amistad.

Azul – Promueve y restaura la paz y la felicidad en el hogar. Ayuda a la comunicación y a la comprensión, a la habilidad de descubrir la verdad y a encontrar la paz con uno mismo. Da armonía y ayuda durante la meditación.

Rojo – Este es un color muy energético. Aumenta la vitalidad, da fuerza y salud. Incrementa el valor, el coraje, la fuerza de voluntad, la capacidad de acción y la autoconfianza. Si se quiere aumentar la pasión y el deseo, éste es tu color.

Rosa – Atrae el amor más puro e incondicional, así como la amistad. Es el color de los sentimientos, de las emociones más elevadas y del perdón. Por eso encender una vela de color rosa es la más indicada cuando los sentimientos y el alma están heridos, pues su energía actúa como un bálsamo.

Oro – Este es el color de la energía masculina. Representa al Sol. La velas doradas atraen la energía solar, el pensamiento positivo, la alegría, la confianza en uno mismo y la generosidad. Suele usarse para atraer la fortuna, el éxito y la abundancia.

Amarillo – Incrementa la actividad mental, la sabiduría, la inspiración, la memoria, el estudio y la creatividad. Facilita la adaptación a los cambios y proporciona seguridad y resistencia. Ayuda a tener claridad de pensamiento y, con ello, tener una visión clara a la hora de tomar decisiones. Se suele usar para favorecer la comunicación con otros y ganar su confianza, o bien para usar esa misma capacidad de comunicación para progresar en su trabajo.

Naranja – Al igual que el oro y el amarillo, el naranja es un color solar, por lo que se relaciona con la fertilidad y la abundancia de cualquier clase, ya sea mental o física. Trabaja la autoestima, la creatividad y la confianza. Atrae la suerte, el éxito, la amistad y las cosas positivas. Cuando se enciende una vela naranja desaparecen todas las energías negativas del lugar.

Negro – Se piensa que usar velas de este color es muy negativo, pero eso no es del todo cierto. Eso, como todo, depende de la intención con que se haga. El color negro, al estar relacionado con el inframundo y con lo desconocido, es poderoso y esto hace que si usamos una vela negra junto a un ritual de protección, ese se hará más fuerte, pues aleja el mal y libera de sentimientos tales como la tristeza y la negatividad.

Marrón – Es el color de la Madre Tierra. Se usa para encontrar objetos que se han perdido y para proteger a los animales de compañía. Nos ayuda a tener una fuerte conexión con la tierra, unas bases firmes. Nos proporciona la seguridad necesaria para llevar a cabo nuestras metas, por mucho que cueste conseguirlas.

Lavanda – Es el color de la espiritualidad. Atrae la inspiración y el contacto con el Yo Superior. Transmite tranquilidad. Cuando se enciende una vela de color lavanda se está pidiendo asistencia espiritual. El color lavanda se asocia con el sexto Chakra o Tercer Ojo, por lo que aumenta nuestra capacidad intuitiva y una mayor conocimiento de lo oculto. Gran ayuda durante los estados de meditación. Abre la puerta a la mente subconsciente.

Y hasta aquí el lenguaje de las velas. Espero que os sirvan de ayuda para “iluminar” esos momentos oscuros que todos tenemos en algún momento de nuestras vidas.